sábado, 13 de diciembre de 2008

Rancagua Histórico: Por Calle del Rey Arriba

EL RANCAHUASO
2008-12-14

Entre los atractivos de la Ruta Patrimonial Camino Real de la Frontera, se encuentra la calle Estado, que al ser atravesada por Independencia, forma la histórica Cruz de Triana, escenario de la cruenta batalla de 1814. Conozcamos nuestras raíces!

Escrito por Álvaro Garrido Isla


La arteria principal de la Villa Santa Cruz de Triana, como el gobernador, Don José Antonio Manso de Velasco fundó originalmente a la ciudad –el 5 de octubre de 1743-, tomó el nombre de Calle del Rey, en homenaje a Felipe V, Rey de España. Con el tiempo y conforme a los nuevos intereses de quienes se impusieron a la Corona en su afán independentista, pasaron a renombrarla como calle del Estado.

En su eje se ubica gran parte del patrimonio arquitectónico de nuestra época colonial. Desde el sur se emplazan la Casa de la Cultura (residencia que albergó a las fuerzas realistas) el Convento de los Franciscanos, el Museo Regional, la Casa del Pilar de Esquina, la Gobernación de Cachapoal y la Plaza Los Héroes. El circuito turístico se extiende una cuadra más al norte, en donde se levanta la Iglesia de La Merced, construida en el siglo XVIII y desde cuyo balcón el general Bernardo O’Higgins dirigió a su ejército durante la Batalla de Rancagua.

El Gobierno, a través de los Ministerios de Vivienda y Urbanismo, Bienes Nacionales y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, tomó conciencia sobre la importancia de este histórico eje patrimonial, para trabajar afanosamente en su promoción y rescate, como parte del Programa de Recuperación de Espacios Públicos con miras al Bicentenario de la República.

El MINVU entregó remodelado el trayecto que une a Millán con Ibieta, del tal modo que la antigua Calle del Rey quedará convertida por completo en un paseo peatonal, en conmemoración de nuestros aborígenes y colonizadores que atravesaron esta senda para llegar a las indómitas tierras de Arauco.

Durante las obras ya ejecutadas, se encontraron una serie de vestigios de los antiguos pueblos indígenas, como una piedra mortera y bolitas de cerámicas supuestamente originarias de los Promaucaes, tesoros de historia cuya investigación y conservación fueron encargadas al Museo Regional.

Historias, leyendas y poesía

El reducto de Rancagua fue conservado por los ascendientes del Cacique Guaglèn, el último de los Picunches, quien lo cedió para la fundación de la Villa Santa Cruz de Triana. Tal como lo dispuso en otras planificaciones, el gobernador Manso de Velasco proyectó a la ciudad según un estilo de damero, muy utilizado en España, consistente en un plano similar a un tablero de ajedrez, con 64 cuadras, cada una dividida en cuatro solares. Un ancho callejón conducente a Santiago, dio la primera pretensión de un emplazamiento urbano. En el solar que llegó a ser plaza mucho después, se construyó la Iglesia Parroquial, la Casa del Corregidor, que luego pasó al Cabildo, y en los solares cercanos se levantaron las casas de los vecinos.

En su libro La Historia de Rancagua, el recordado escritor Félix Miranda Salas señala que la devoción religiosa, como manifestación educadora de la conquista, dio al camino entre la iglesia y el convento, tanta animación como importancia: “Desde la madrugada hasta las últimas horas de la tarde, la gente iba a cumplir sus obligaciones con la iglesia y por allí mismo caminaba, lenta y contrita en los días de ceremonias; en cambio, a la orilla del mismo camino que se prolongaba hacia el norte y hasta la iglesia de los mercedarios, tomaban colación los tendales, que fueron la primera manifestación del comercio. Por este camino rodó durante mucho tiempo la existencia de la gente y fue, como bien alguien dijo, el centro de gravedad de una vida social incipiente, limitada por el exagerado rigor de las costumbres, el temor que inspiraban las ordenanzas del Corregidor y las amonestaciones de la Iglesia”.

Aquel camino, que se transformó hasta ser calle, se vio cortado en el solar de la plaza por otro, que hasta muy entrada la colonia se llamó Crucero, hoy conocido como Independencia, con el que la aldea tomó los contornos de una villa. Fuera del damero, ambos caminos seguían sin seguridad por los potreros y se perdían hacia las haciendas cercanas, mirando hacia los cuatro puntos cardinales, en un llamado, bajo el signo de la cruz, a poblar y extender el grupo de casas que se agrupaban inmóviles en el solar de la plaza.

De leyendas también cuenta la calle del Rey, como las prédicas emancipadoras del coronel Manuel Rodríguez Endoíza, quien recorría incesantemente las villas y aldeas entre Santiago y Concepción, hasta llegar a hospedarse en la casa solariega de calle Ibieta, hoy conocida como la Casa del Pilar de Esquina.

Un poco más verosímil, es el recuerdo de la propiedad que está justo en frente, que hoy cobija al Museo Regional, entregada en herencia por don Carlos Rodríguez a su hijo Manuel, quien a su vez la vendió en 1797 a don Francisco Baeza.

La similitud de nombres con el Guerrillero, dio origen al mito que el poeta Oscar Castro Zúñiga describe en el apasionado amor que el patriota sentía por una mujer criolla y morena que vivió en Santa Cruz de Triana: “Por calle del Rey arriba, de San Francisco a la diestra, en casa de recios muros, vivía la Primavera (…) La Primavera tenía carne de mujer morena (…). Manuel Rodríguez la amaba; mas otro la pretendiera; antes que decir su nombre, mi boca firme, se cierra. Sonriente y mozo era el uno; el otro, celo y fiereza…”



Catedral de Rancagua. En el Romance del Hombre Nocturno, el poeta Óscar Castro Z. la nombra cuando dice: "Clareó más tarde en el cielo, amanecer de limones, palabras de agua liviana, pájaros madrugadores, cerca maitenes y boldos, lejos, Rancagua y sus torres"... Dichas torres son las que coronan la iglesia de la Catedral.



Monumento al Gral. Bernardo O'Higgins Riquelme, en el Desastre de Rancagua. La calle paralela a la Plaza Los Héroes, hacia donde apunta el caballo de O'Higgins, se llama "Cuevas"... A raíz de lo cual, las malas lenguas dicen que en esta escultura, O'Higgins sale "apretando a Cuevas".



Edificio Tomás Guaglén, que cobija a la Gobernación Provincial de Cachapoal. incluida dentro de la declaratoria de Monumento Nacional, en la categoría de Zona Típica.



Iglesia San Francisco, que en tiempos de la Colonia ocupaba dos solares (hoy reducido a sólo uno, es decir, un cuarto de cuadra), para el Convento de los Franciscanos. Durante algún tiempo, la Calle del Rey cambió su nombre a San Francisco, en honor a la iglesia.



Zaguán de la Casa del Pilar de Esquina, o de Piedra, vista desde el interior. Al frente se divisa la entrada al Museo Regional de Rancagua. La leyenda dice que el coronel Manuel Rodríguez Endoísa, solía esconderse clandestinamente en esta casa, cuando venía desde sus campañas emancipadoras en el sur de la patria.



Por ésta ventana, según el poeta Óscar Castro Z., solía asomarse una mujer morena, que era como la Primavera, para sostener un romance con Manuel Roqdríguez. En esta casa, Alejandro Flores Pinaud, el más grande actor nacional de la década de 1950 y considerado el último poeta de los románticos, fundó el Museo de la Patria Vieja.



Vista exterior de la Casa del Pilar de Esquina. El poeta Óscar Castro Z. señala en su verso: "Por Calle del Rey Arriba, de San Francisco a la diestra, tras enrejada ventana vivía la Primavera. La Primavera tenía carne de mujer morena. Manuel Rodríguez la amaba, más otro la pretendiera, antes que decir su nombre, mi boca firma de cierra. Sonriente y mozo era el uno, el otro celo y fiereza..."


Escultura del rancagüino Samuel Román Rojas, Premio Nacional de Arte, al interior del Museo Regional de Rancagua.


Pasillo interior del Museo Regional de Rancagua.


Salón del Museo Regional de Rancagua, en donde el poeta Óscar Castro Z. sitúa los acontecimientos que relata en su Romance de los Veinte Conspiradores. En el verso narra que veinte patriotas de ojos brillosos tratan de conspirar por la Independencia de a Patria, pero son sorprendidos por las fuerzas realistas y mueren todos acribillados.

Patio del ex Fundo El Puente, que actualmente cobija a la Casa de la Cultura de Rancagua.En este sitio se asilaron las tropas realistas al mando de Mariano Osorio, durante la Batalla de Rancagua.

La Iglesia de la Marced, en cuya torre se cuenta que el Gral. Bernardo O'Higgins dirigió a sus tropas durante la Batalla de Rancagua.

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